Cada vez más en nuestro
quehacer profesional nos encontramos con personas que padecen síndromes que les
acarrean distintas dificultades. Ocurre a veces que una discapacidad es más
evidente que otras a las que oculta, lo que conlleva a prácticas erróneas o a
la omisión de algunas indispensables. A modo de ejemplo, muchos niños con
síndrome de Down poseen mermas significativas en su visión. Errores o torpezas
que son debidas a la falta de visión son atribuidos a problemas “mentales”. A
veces la disminución visual permanece oculta de por vida o es diagnosticada
cuando ya no es posible un adecuado entrenamiento de estimulación visual. Otro
ejemplo lo constituyen los pacientes afásicos. Muchos accidentes
cerebro-vasculares traen también aparejados reducción del campo visual,
dificultad que la persona no puede comunicar o ni siquiera identificar
claramente.
Cuando
decimos que una persona posee discapacidad visual puede tratarse de una persona
ciega o de una persona con disminución visual.
Es decir,
el término discapacidad visual incluye
a)Ceguera
b)Baja
Visión (también llamada disminución visual o visión subnormal)
La baja
visión, a su vez, puede estar provocada por una merma en la agudeza visual
(“calidad” de visión) o por un recorte en el campo visual (“cantidad” de
visión). Así, hay quien tiene dificultades para ver de cerca, o de lejos; hay
quien ve mejor de noche, quien ve como a través de un cristal empañado, o de
una red, quien como a través de un tubo. Entonces, la discapacidad visual
incluye:
DISCAPACIDAD VISUAL CEGUERA
Ahora
bien, aunque tanto la ceguera como la baja visión sean discapacidades visuales
implican problemáticas muy distintas. Además se produce otro recorte si
consideramos que una discapacidad puede ser congénita o adquirida y que a su
vez se puede adquirir en forma repentina (como en el caso de un accidente) o en
forma gradual (como en el caso de la retinosis pigmentaria).
CEGUERA
Ciego es
una persona que tiene visión cero o que “sólo tiene una mínima percepción de
luz” (Colembrander). En la ceguera
absoluta o total no se distingue luz de oscuridad.
La vista
es el sentido de síntesis. Cuando entro a una habitación, por ejemplo, la
información visual recibida me proporciona rápidamente datos referentes a
dimensiones, objetos o personas presentes, distancias relativas entre ellos,
presencia o ausencia de luz, etc. La persona que carece de visión, necesita
analizar para conocer. A través de la información que le proporcionan los otros
sentidos construye la realidad. Sin embargo hay nociones que por ser
exclusivamente visuales no logra aprehender: los colores, el horizonte, las
estrellas... Sin embargo, lo dicho anteriormente, de ningún modo significa que
la persona ciega tenga un conocimiento “inferior” o “fragmentario” sino que conoce
de forma diferente privilegiando el sentido del tacto (sentido de inmediatez,
como el olfato y el gusto) y del oído. Al respecto, existe la creencia que la
persona ciega tiene “más desarrollados” los otros sentidos. Esto no es así, la
agudización de la percepción táctil, por ejemplo, es el resultado de la
ejercitación y no de una compensación espontánea. Por ello es importante
estimular al niño ciego ya desde su nacimiento a fin de proveerlo de
experiencias ricas, variadas, con significado, que le ayuden a crecer sano. Es
vital enseñarle a explorar el espacio, a no temer el movimiento.
La persona
que adquiere ceguera en edad adulta
encuentra que el espacio se ha tornado hostil: no sabe que es lo que hay
cerca, teme movilizarse solo, los desplazamientos se vuelven experiencias de
tensión y miedo. En cambio, el ciego de nacimiento que ha sido estimulado,
tiene una relación positiva con el espacio y el movimiento.
Lo
específico en la educación y rehabilitación de las personas ciegas.
-Técnica
de Hoover.
Es la
técnica que le permite a la persona ciega desplazarse en forma autónoma y
segura. Consiste en el uso apropiado de un bastón de características
especiales. Es un bastón liviano, delgado, que puede ser rígido o plegable y debe llegar a la altura del esternón.
Generalmente es de aluminio, recubierto con material plástico y con una puntera
metálica recambiable. Su utilización requiere de un entrenamiento adecuado por
parte de un instructor en Orientación y Movilidad
-Sistema
Braille.
Es el
sistema de lecto-escritura de las personas ciegas. El alfabeto Braille se basa
en la combinatoria de seis puntos en relieve dispuestos en dos columnas de tres
puntos. Su escritura se realiza con una pizarra y un punzón especiales sobre un
papel llamado Manila. Existen máquinas de escribir y también impresoras que se
conectan a una computadora standard.
BAJA
VISIÓN
Una
persona con baja visión es “quien aún después de un tratamiento y/o refracción
convencional tiene en su mejor ojo una agudeza visual de 3/10 hasta visión luz
y/o un campo visual menor o igual a 20 grados, pero que usa o es potencialmente
capaz de usar su visión para la planificación o ejecución de una tarea”
(Organización Mundial de la Salud). Para
comprender este concepto es necesario saber que la agudeza normal es de 10/10
mientras que los límites del campo visual son 90º en la parte externa o
temporal, 60º en la interna o nasal, 50º en la parte superior y 70º en la
inferior.
De la
definición surge que existen muchos tipos distintos de baja visión. Podríamos
decir, sin temor a exagerar, que casi tantos como personas disminuidas visuales
hay. Incluso dos personas con idéntica agudeza visual pueden funcionar de
manera diferente. Natalie Barraga (pionera indiscutible en el área de la
estimulación visual) diferencia claramente agudeza de eficiencia, definiendo a
esta última como el “grado en el que una tarea visual específica se realiza con
comodidad, facilidad y en tiempo mínimo, dependiendo de variables personales y
ambientales”.
En cuanto
al campo visual, la persona puede tener un recorte a nivel central lo que le
provocará dificultades para leer pero no para caminar o puede tener
limitaciones a nivel periférico en cuyo caso
podrá leer pero estará muy limitado en su deambular. Puede también ver como a través de un tubo, o
por sectores. Estas personas tienen un comportamiento visual que a los demás
resulta extraño ya que podrán tropezar con un banco que tienen delante y
distinguir perfectamente un lunar en el rostro de alguien. Hay quienes ven
diferente según las condiciones de luminosidad prefiriendo el día (como en el
caso de la ceguera nocturna) o la noche (como en el caso de las personas que
sufren fotofobia)
Ver es un
proceso que se aprende, por lo cual es importante incluir dentro de la
estimulación temprana del bebé con baja visión, la estimulación visual
temprana, de modo que se aproveche al máximo la visión residual. Hasta no hace
mucho tiempo se educaba a muchos de estos niños como ciegos, en la creencia
errónea que usar la vista los dañaba o que quien tiene resto visual lo usa
espontáneamente. A esto se sumó también el problema de la definición de ceguera
legal que al considerar ciego a “aquel cuya agudeza visual es de 20/200 o
menos, en el mejor ojo, con corrección, o limitación del campo visual a menos
de 20º (Koestler)” incluye a muchas personas que tienen un resto visual
aprovechable.
Lo
específico en la educación y rehabilitación de las personas con baja visión
-Estimulación
Visual: es una práctica cuyo objetivo es promover el uso eficiente del resto visual de bebés y
niños. Constituye una serie de técnicas que difieren según la edad, el
remanente visual, el desarrollo global del sujeto. Debe ser llevada a cabo por
un estimulador visual.
-Rehabilitación
visual: es una práctica o conjunto de prácticas tendientes a que la persona
adulta con baja visión utilice a nivel óptimo su resto visual. Debe ser llevada
a cabo por un rehabilitador visual.
A
modo de síntesis
Cuando
una persona tiene discapacidad visual puede tratarse de una persona ciega o de
alguien con baja visión o visión subnormal. Existen algunas prácticas
específicas a cada una de estas problemáticas. Ahora bien, algunas personas con
baja visión necesitan utilizar técnicas propias de las personas ciegas en forma
ocasional o permanente. Por ejemplo, quien posee un recorte de campo visual
inferior puede necesitar el bastón para desplazarse y, sin embargo, leer el
diario sin dificultad. Hay personas que necesitan usarlo sólo en ocasiones
específicas, generalmente dependientes de las condiciones de luminosidad. Con
respecto a la lecto-escritura, cuando los problemas de visión cercana son muy
severos a veces se indica el sistema Braille aunque la persona, quizás se
desplace sin necesidad de la técnica de Hoover.
Al respecto, no existen reglas fijas, existen variables de tipo
psicológico y social que influyen en el camino a seguir. El profesional deberá
conocer entonces las alternativas posibles, indicando a su criterio o el del equipo la mejor posibilidad siendo
la decisión última la de la persona con discapacidad, protagonista
incuestionable de su realidad.